Les dejo estos minicuentos, ejercicios del taller pasado.
-El mar, ola tras ola, le susurra un abanico de
posibilidades. Pero él no las entiende y van a perderse al universo interno de
las conchas.
-El Sol, incrustado en el cielo esa helada mañana
en el bosque, era silencioso, a diferencia de otros días en los que se le
escucha arder.
-Luego él quiso esconder el rubor en los intersticios
de la sonrisa de ella, pero ya era tarde.
-Bastó ese intersticio entre ambos segundos, para que
ella comprendiera que la amaba.
Posdata:
Aprender sobre albañilería, siempre es bueno. Aunque no llevemos las manos a la obra. Buenas noches.
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