jueves, 17 de julio de 2014

Sobre la memoria

El primer taller literario al que asistí fue en el año de 2003. Diez años después, asistí al segundo.

Comparé los textos que escribí en cada uno y, entre unos y otros, noté las pisadas hondas y nítidas del progreso. También se hizo evidente mi mala memoria. Los trabajos del primer taller estaban guardados en dos carpetas, en el fondo de una caja. Al extraer el contenido superior de ella, encontré libros que me habían recomendado en el segundo taller. ¡Eran lecturas que había hecho diez años antes y que había olvidado! ¿Cómo podía ser? La mayoría de los cuentos que estudiamos el año pasado, en el segundo taller, los había leído diez años atrás y no me di cuenta. ¡Mi memoria es pésima!

¿Cuánto olvida una persona común a lo largo de su vida? ¿Por qué razón recuerda parte de lo aprendido de manera consciente y por qué olvida el resto?

La memoria es una amiga traicionera. Voluble. De un modo desconocido y extraño selecciona los recuerdos. Los que vives con el cuerpo, permanecen. Pero aquellos que experimentas por medio de un solo sentido, la vista, los pierdes. ¿Realmente, cada uno de nosotros, recuerda todo lo que ha vivido, día tras día, año con año? No lo creo. Es mucho lo que olvidamos. ¿Cuántos de nosotros no han mirado una foto y, al verse en ella, no han sentido el horror de no recordar el momento en que fue tomada? ¿Cuántos no hemos sentido el vértigo, la angustia en el cuerpo, cuando alguien nos pregunta "Te acuerdas de..." y en verdad no encontramos la mínima huella en nuestra memoria sobre la referida experiencia?

¡Es el terror absoluto! Una ventana abierta a la posibilidad de que la propia vida sea un sueño, y el sueño vida... y ambas cosas realidad y sueño ocurriendo al mismo tiempo. Nuestra mente se confunde, se bloquea... y el cuerpo, inflamado por la sangre, tiembla ofuscado por el miedo. La memoria es diabólica, temible, inhumana. Por eso olvidamos.

Sin embargo, mi esposa encuentra en esta peculiaridad mía, el olvido, un alivio: podemos ver sus películas favoritas y yo río, sufro y me espanto, como si las viera por primera vez.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario