domingo, 4 de mayo de 2014

May the 4th be with you!

Hoy tengo en la cabeza muchas ideas, pero revueltas. Todo empezó con mis sueños de anoche, que arrojaron, como quien no quiere la cosa, un semillero de sensaciones en mi subconsciente.

Ya entrada la tarde, un artículo del periódico sobre filosofía, me ayudó a anudar sentimientos que vagaban dentro de mí, sueltos.

La noche llegó acompañada de la lectura y de una voz femenina que se repite en mi mente: "Me dejaste sola con todo el peso de tu fama".

No recuerdo la cantidad exacta de sueños que tuve, solo sé que fueron muchos. Tampoco recuerdo qué fue lo que soñé. Quedaron en mi mente consciente retazos de esa "realidad". En uno de los sueños tenía yo poderes sobre los objetos: podía moverlos de un lugar a otro, sin tocarlos. También, en la palma de mi mano izquierda, concentraba a voluntad una esfera de calor cuya intensidad y tamaño aumentaban con mi deseo; luego la lanzaba contra lo que yo quisiera. En el sueño tenía enemigos y contra ellos lanzaba la bola de calor, invisible. También soñé a mi abuela materna, difunta. Me aconsejaba no confiar en el automóvil que manejaba en el sueño. Estábamos en Guadalajara, en una casa que, junto con otras, estaban en la orilla de un camino y, tras ellas, una barranca amarilla. Era un día sin sol, en penumbras, como una media tarde nublada en la que no se adivina si está próxima la noche. Era un día a media luz, nublado y pardo. Sin embargo, todo era claridad. Y la voz de mi abuela, su rostro que yo muchas veces había mirado cuando era niño, me decía que no confiara en mi carro. Lo había estacionado cerca de ahí y, cuando fui a buscarlo, no estaba. Que roben mi coche es un sueño recurrente. Por último, el baño. Tenía que ir, pero cuando iba no podía encender la luz antes de entrar. Había muchos baños en esa casa (aclaro, este ya es otro sueño) y baño al que entraba, permanecía a oscuras por más que intentara encender la luz. Eran baños con regaderas, sanitarios solos, o unas habitaciones con tina y demasiado espacio. Hasta baños de escuela dispuestos como en laberinto. Cuando por fin pude encontrar uno, la taza calló a un lado y dejó un enorme boquete en el piso del que manaba un chorro de agua sucia; no eran aguas negras, solo un agua parda que no dejaba de fluir.

El artículo que leí era sobre un filósofo coreano radicado en Alemania. Prácticamente, lo que este señor dice es que nos encanta el chisme, porque nuestra propia vida ha dejado de interesarnos. Bueno, estas son mis palabras, describiendo lo que yo entendí: que exigimos transparencia a nuestros gobiernos, porque queremos conocer los oscuros secretos de nuestros gobernantes; no porque nos interese gobernarlos a ellos. Tanto gobierna el poder, como el ciudadano. Es mutuo, y si esta delicada armonía se rompe, ocurre el desastre que hoy vemos. También tocó un tema personal: la depresión. Dice que es un acto narcisista, porque se olvida del otro. En mi tierra, o mejor debiera decir, en mis tiempos, eso se denominaba: egoísmo.

Por último, la frase "Me dejaste sola con todo el peso de tu fama", nació al ver una fotografía de un sonriente GGM. No pude evitar acordarme de Einstein, que también dejó sola a su mujer cuando murió. Ni de Pilar, la eterna compañera de Saramago. ¿Qué sucede con esas mujeres que han estado al lado de esos grandes hombres... hasta que se mueren? ¿En qué se convierten sus vidas sin ellos? Veo aquí un tema, un territorio para explorar.

Por cierto, dicen el tuiter y el f que hoy es el día de Star Wars. La serie favorita de uno de mis hijos. May the 4th be with you!

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